Joder! Que viaje!

Como decía el Tobulito en el post anterior, 6 meses después nos volvimos a encontrar los 3 en nuestra Baires querida, y por tal motivo decidimos dar el cierre oficial de este increíble blog con algunas palabras. No se me ocurre otra forma de expresar todo lo que me dejó este viaje, sino en forma de una historia…

Un viaje arranca desde el momento que surge la idea de hacerlo, y sobre todas las cosas querer hacerlo realidad, la búsqueda de información, lugares, climas, temporadas, cosas para ver, etc,etc, etc… Sin duda uno debería arrancar por las pasajes, y así empezamos a construir este viaje…

Los pasajes… eso si que determina que te estás yendo, la imborrable sonrisa de la cara en el momento que desembolsaste las 4 lucas para el pasaje en avión, salvo que funda la compañía aérea un mes después que compraste los pasajes :P, y de vuelta a la búsqueda de fecha, pasajes baratos y una nueva sonrisa imborrable cuando Visa se hace cargo de ese pasaje que considerabas tirado a la basura… un nuevo pasaje y ahora sí, empieza la búsqueda de todo lo que te vas a llevar considerando el clima, considerando que te vas a cagar de frío y de calor, la camisita fachera para salir de joda, las ojotas para la playa, el perfume, el mate, la yerba, los puchos, la campera y tantos etcétera que cuando mirás la mochila decís “negrito, esto no te entra ni a palos, empezá a resignar..” y decís, ok, el pantalón de lino playero tiene que ir si o si, pero los 4 pares de zapatillas para que los quiero si en definitiva terminás en ojotas el 98% del viaje y para colmo te las terminan afanando en una playa en Barcelona! Y los días pasan y sube la ansiedad, estás en el laburo y tu jefe te habla de que tenés que terminar este proyecto, cuando en realidad tu cara da pocos indicios de estar prestando atención, y tu msn tiene una cuenta regresiva con el emoticón de un avión.. Y los días corren, sube la ansiedad porque ni a palos te imaginás caminando debajo de la Eiffel o en un barco en el medio del mar Egeo, y todo eso, todo eso que parece inalcanzable está a punto de volverse realidad…

El día anterior a viajar, te tenés que levantar a las 6 AM para ordenar todo el quilombo de cosas que tenés pendientes, cuando a las 5:38 AM recién te pudiste dormir porque estabas pensando que dentro de 10 horas sale el avión que te va a llevar a ver eso que hay un poco mas allá…

Ezeiza… los avioncitos, tu hermosa mochilita de 80 kg hasta las pelotas, pasaporte en mano y a hacer el check-in.

La despedida, los abrazos, la línea que nos separa de los que se quedan, y la línea que al cruzarla dice que finalmente te estás yendo…

La llegada a destino, eso si que confirma que te fuiste al re carajo, ahí te cae la ficha, idiomas distintos, gente distinta, ciudades, comidas y cosas distintas, y tu cabeza que empieza a registrar todo y no te querés perder nada, y todo te asombra, y todo se intensifica al mango, y empieza a surgir la verdadera aventura, eso que te morías por conocer y vivir, eso que te parecía imposible hasta el día que decidiste hacerlo posible… ya que nada es imposible.

Las 1273 cosas que te pasan durante el viaje, desde compartir un mate en el Coliseo, quedar varados en una ciudad fantasma de madrugada, quedar multados por colarse en un tren re top, conocer las playas y la joda increíble de Ibiza, almorzar en familia en la capital sueca, o dormir una semana entera adentro de un C3 esperando levantarte para subir la música y seguir recorriendo kilómetros de sur español… porque de eso de trata, de recorrer, de conocer…de ver…

Por naturaleza existe esa ansiedad, esa ilusión de ver un poco mas allá, esa necesidad de conocer eso que no conocemos, otros soles, otras lunas… Por eso les digo, a todos aquellos que saben que tienen ese “quiero ver que hay..”, sepan que no van a dejar de sorprenderse momento a momento, cada minuto se disfruta al máximo, cada minuto trae un personaje nuevo, una anécdota, una canción, un sentimiento y sensaciones tan intensas que difícilmente se borren, porque en definitiva la plata se va, el viaje termina, pero lo que viviste ahí, ese sueño, jamás se olvida, y no puedo dejar de agradecer a las dos grosos que me acompañaron en este zarpado viaje, por las pilas constantes, la buena onda, y por sobre todas las cosas por tener esa chispa que despiertan las ganas de viajar. Recién a estas alturas creo que puedo decir: HIJOS DE MIL PUTA! QUE VIAJE!!!

Sientanse libres de hacer lo que las ganas dicten, libres de volar, y de colgar todo lo que tengan que colgar por un sueño, libres de taparse los ojos, agarrar un mapamundi, pegarle con un bate de béisbol y marcar con el dedo el próximo destino…ya que la vida es una sola y todavía queda mucho por andar.

Au Revoir et bon voyage!