Dia 75 – Km 0 Madrid – Km 409 Cordoba

Paula y Lio nos pasaron a buscar a las 12 para llevarnos al aeropuerto a tomarnos nuestro avion a Madrid. Después de besos, abrazos, despedidas y agradecimientos, subimos al avion de vueling y una hora mas tarde estabamos nuevamente en Europa continental. Rapidamente encaramos para la oficina de alquiler del autos y fuimos a buscar el Citroen C3 que habiamos reservado por Internet. El coche es un lujo y después de casi 5 horas nos traslado a Cordoba por las excelentes autovias que tiene espania. Al llegar a Cordoba tipo 20hs estacionamos el coche y fuimos a caminar por la parte historica, y de paso veiamos donde ibamos a dormir. No sabemos si fue por los 40 grados de calor que hacia o porque acorruencia del destino que al rato de no estar de acuerdo con los precios que nos querian cobrar por la cama, decidimos dormir en el auto. Asi que el plan improvizado fue recorrer por algunas horitas el centro de la ciudad, comer algo y buscar un lugar donde estacionar para poder dormir tranquilos.

La caminata por la ciudad estuvo muy bien. Cordoba es una ciudad mediana pero muy colorida y prolija. Nos llamo la atención la cantidad de fuentes y bebederos de agua que hay. Agradecemos a la municipalidad cordobesa que hayan instalado estos, ya que sin esa agua para refrescarnos esas horas hubieran sido un infierno literalmente hablando.
Ya mientras volviamos al auto, suponiamos que el C3 iba a ser un horno. Presuncion que se cumplio al abrir la primer puerta! Mapa en mano, localizamos una plaza que pintaba linda. Compramos unas refrescantes bebidas y ahí fue cuando decidimos con mucho huevo donde dormiríamos. Nico y Javi decidieron probar ser linyeras por una noche y tirar las esterillas en el pasto prolijamente cortado. Fede en cambio eligió la comodidad del auto. Terminamos el juguito y nos separamos. Fede cuenta que palmo al rato y que el beep de los colectivos dando marcha atrás lo despertaron varias veces. Los verdaderos aventureros de la noche, aquellos que no temieron a los murciélagos que se escondian entre los arboles, que no dudaron en compartir el espacio con linyeras de verdad y que se entregaron a la suerte del parque, desplegaron las esterillas debajo de un arbol de hojas frondosas, y contaronse historias de campamentos y camping hasta conciliar el sueño. En el medio de la noche una reubicación se hizo necesaria. En el silencio de la noche, se escucho un clic, y seguido de ello la lluvia de la decena de regaderos mojaron los cuerpos de estos Indiana Jones de Parque Patricios y Floresta. Minutos mas tarde, un pocos mas secos ya, avistaron y dirijieronse a los juegos de los chavales.

Un tobogán con un tubo y unas escaleras serian la cama en aquel arenero con poca arena. La posicion adquirida es indescriptible, pero imaginense que el tubo tenia un metro de largo por 80cm de diámetro y debia albergar a los 2, si si ahora tambien nos hemos recibido de contorsionistas.